Historia mundial

Las Aguilas Vagabundas: Supervivencia Scout Durante del Fascismo de Mussolini (1ra parte)

Volvamos un momento a un pasado que fue duro para muchas personas Scouts y no Scouts. 1927, Italia.

La ley Nº5 art.3 (9 de enero 1927) de la «Opera Nanionale Balilla» (ONB) decreta la disolución de las secciones scouts en los centros con menos de 20.000 habitantes y obliga al resto a adoptar las iniciales ONB sobre sus propias insignias.

El 24 de enero el Papa Pío XI disuelve por sí mismo las secciones de la ASCI (Associazione Scout Cattolici Italiani), citando al Rey David: Si debemos morir que sea por vuestra mano, Señor. antes que por la mano de los hombres».

 

El 9 de abril de 1928 el Consejo de Ministros modifica la ley ONB que con el decreto Nº696. firmado por el jefe de gobierno, Benito Mussolini y por el rey, declara suprimido el escultismo en Italia.

Ante la supresión del movimiento, algunos jefes deciden permanecer fieles a la Promesa y a la Ley: Giulio Cesare Uccellini, jefe del MI II. que tomara el nombre de «Kelly» durante la resistencia, y Andrea Ghetti. scout del MI IX. alias «Baden» que define de esta forma el movimiento clandestino de las «águilas vagabundas” (aquile randagie):

“El movimiento scout clandestino en la mente de Kelly tiene una doble finalidad: mantener la idea de personalidad, de libertad, de autonomía, de fraternidad y preparar las unidades para el momento de la reconstrucción. Teniendo una fuerza propia de resistencia ideológica para impedir a los jóvenes la aceptación de una sola visión de la vida, de la historia, de la política. El valor de esto está en el hecho que podíamos decirle «NO» al fascismo, cuando todos se doblegaban ante El a pesar de las denuncias con interrogatorios en las sedes fascistas y en las jefaturas de policía, pero nuestro «NO» se mantenía intacto».

 

De esta forma se originó el primer grupo católico antifascista que inicia el período llamado «jungla silenciosa» (giungla silente), compuesto por alrededor de 20-25 inscriptos pues a medida que el grupo crecía sus integrantes debían partir a varios frentes militares.
Practicar escultismo en esos días podía aparejar ser descubierto e ir a juicio, con el arresto de los padres y la pérdida de varios beneficios del Fascio: que para los adultos significaba como mínimo la pérdida del puesto de trabajo y para los jóvenes la exclusión de la escuela, y además la violencia (incluso física) de las escuadras fascistas.
Las «águilas vagabundas» no tenían sede y las informaciones para los interesados en entrar se daban en las tardes dominicales en algunos monumentos históricos de la Plaza del Duomo, obviamente sin fecha ni firma.
Los fascistas intentaron infiltrarse en las «águilas vagabundas» sin éxito porque eran sistemáticamente despistados. Para no permanecer aislados. Se instaura una nutrida correspondencia con scouts extranjeros que durará en todo el tiempo de la clandestinidad y que permitirá, a las «águilas vagabundas» mantenerse siempre actualizadas metodológicamente con la evolución del escultismo mundial.

Fuentes: El Arte de los Bosques
http://www.monsghetti-baden.it/colico/il_campo/documenti/aquile_randagie/aquile_randagie.htm

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